Arte en casa: cómo darle el protagonismo que merece
A la hora de introducir obras de arte en un interior, es importante darles el protagonismo que merecen. Estas son las claves para hacerlo de la manera más fácil.
Este artículo fue publicado el 16/04/2022, y ha sido actualizado el 24/11/2024.
El gusto en arte es algo muy personal. Ya sea a través del color, la textura o las formas, un cuadro o una escultura pueden despertar emociones inesperadas en quienes las observan y aportar sorprendente energía a un interior. Por esto mismo, introducir obras de arte en casa es una manera excepcional de brindar de un tono único y personal a tus interiores.
Así —aunque al elegir una pieza de arte, el diseño de interiores sea muchas veces lo último que se venga a la mente— cualquier estancia puede beneficiarse de tener una pieza artística especial. Además, existen muchas maneras de introducir obras de arte en un interior. En este artículo descubrimos algunas de las mejores maneras de dar protagonismo a una obra de arte dentro de un interior.
Fuente de color
Ya sean claros u oscuros, los tonos neutros —como blancos, grises o beiges— son actualmente una de las apuestas más populares en decoración. Tanto es así que muchos interiores se llenan de muebles y ornamentos completamente libres de color. Esta elección, sin duda, es elegante y atemporal, pero carece de la energía y vitalidad que aportan los colores más vivos.
En estos interiores, la introducción de una obra de arte cargada de color, ofrece un dinámico y fresco contraste, que puede dotar de vida a toda una estancia. En este tipo de diseños, además, es posible utilizar otros elementos decorativos que incorporen los mismos colores de la pieza de arte. Así, cojines u otros ornamentos se combinan con la obra, dándole protagonismo a la vez que se consigue un tono más unitario para todo el diseño.
Diseño monocromático
Frente a la propuesta anterior, otra buena solución es la introducción de obras de arte que repitan las tonalidades dominantes de todo el interior. En estos casos el color de la obra pierde protagonismo en favor de sus otras características (como la textura o el dibujo) permitiendo que se integre entre los demás elementos de la decoración, pero sin perder por ello su protagonismo.
En general, la apuesta por obras de arte tonales es una alternativa extremadamente moderna, que aporta frescor y sofisticación a cualquier interior. Son una opción poco arriesgada y aportan interés a una habitación sin desentonar con otros elementos, desde mobiliario a textiles o paredes. A menudo podemos ver cómo estas piezas continuan las tonalidades de un interior (especialmente de tonos neutros, como blancos y negros, grises o cremas), pero cobran igualmente protagonismo al disponerse en un punto destacado de la estancia: sobre un sofá, una cama o incluso una chimenea.
Líneas minimalistas
Nuevamente el color pierde protagonismo en una nueva línea de creaciones artísticas: los dibujos en blanco y negro. Frente a las pinceladas libres y el color de un óleo, o el peso de una fotografía, muchos interiores de estilo más minimalista se benefician de la elección de dibujos de líneas sencillas, que aportan interés a cualquier interior sin perder esa estética ‘minimal’.
A la hora de dar protagonismo a estos dibujos más discretos, una buena solución es utilizar un marco que genere contraste (tanto con la pared posterior como con el propio dibujo). Así, aunque la lámina no sea en sí enormemente llamativa, puede convertirse en un elemento de interés en el interior gracias a la elección del marco adecuado.
Galería
A menudo, la solución perfecta para las obras de arte más pequeñas es la agrupación de distintas piezas en una misma pared. Estas ‘paredes-galería’ o ‘galerías de cuadros’ permiten explorar distintas combinaciones de dibujos, fotografías o pinturas de distintos tamaños. Y, por sus infinitas posibilidades, estas combinaciones suelen reflejar gran personalidad y dinamismo, ya que son totalmente personalizadas: desde las piezas elegidas, a los marcos o su distribución.
A la hora de planear una de estas galerías, una buena recomendación es apostar por marcos diferentes (jugar con colores, materiales, tamaños o anchuras de paspartú) colocados de manera asimétrica, para dar así un efecto desenfadado a toda la composición. Sin embargo, si se busca un resultado más elegante, crear una distribución simétrica y cuadriculada de las piezas puede ser una mejor solución. En cualquier caso, la agrupación de las distintas piezas las convertirá en el centro de todas las miradas.
Textura añadida
Dependiendo de sus formas y materiales, una obra de arte puede aportar especial interés a un interior por medio de su textura. Así las piezas esculpidas en piedra o madera pueden ser excepcionales añadidos para un interior, especialmente cuando la decoración de la estancia incluye otros materiales capaces de acentuar esa textura. Por ejemplo, el contraste entre materiales suaves o pulidos, y un añadido de superficie más rugosa, puede resaltar a este último (y viceversa).
Conclusión
En general, una pieza artística especial merece contar con cierto protagonismo en cualquier proyecto de interiorismo. Por eso, a la hora de redecorar o introducir una nueva obra de arte en tus interiores, te recomendamos que pruebes cuáles serán las mejores ubicaciones posibles con Planner 5D.
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